Escribe Cacho Quirós – Queridxs compañerxs, el pueblo argentino ha dado un paso histórico, la comprensión de lo que estaba en juego excedía a las universidades nacionales y su presupuesto, era, y es, el sentido de Patria y de comunidad lo que corre el riesgo de sucumbir bajo el imperio de ultraderecha. La liturgia de la calle movilizada, esa energía ciudadana que a través de los años ejercimos contra protocolos y vientos y marea, no es otra que la conciencia nacional en acción.
Pero, como bien dijeron ayer algunxs miembros de la actividad universitaria, el desafío mayor es hoy, cuando hay que dar continuidad a la lucha. Por eso nos habíamos anticipado, fue cuando nos propusimos pasar por arriba de las diferencias, de la disputa de primeras planas, del consignismo y de otras secuelas de la derrota electoral. Una derrota que trasciende las elecciones y se respira en la desorientación, en la deserción dirigencial, y en la frustración de la militancia.
Nos reconocimos entonces una parte más de la infinidad de espacios que empujan acciones concretas en una sola dirección: la recuperación de una democracia popular, de la soberanía y de la justicia social.
Ayer, una delegación llegada de Corrientes que pertenecía a los obreros marítimos recordaba en sus carteles que “Nuestros ríos también son soberanía”. Nada más ilustrativo que su presencia como clase trabajadora y su definición, para demostrar que la bandera de la “soberanía” que enarbolamos va en la dirección correcta.
Sabemos que no es el mero “estar en la calle” lo que permite torcer el rumbo antipopular, esto debe ir acompañado de organización. Una pregunta es ¿en torno a qué ejes nos organizamos?. Somos testigos de la fragmentación y el desgranamiento de organizaciones crecidas al amparo del apoyo gubernamental de otras etapas, que hoy reculan o sacan a relucir disputas personales o de sello por haber perdido el respaldo estatal.
Quizás en el tránsito de aquellos períodos favorables olvidaron las sabias palabras del obispo mártir, Monseñor Angelelli, cuando decía “Un oído en el pueblo y otro en el evangelio”.
Así como la irrupción libertaria derrumbó tantas certezas -el rol de las juventudes, la politización de las diversidades, el comportamiento de la clase trabajadora, el reconocimiento hacia el rol del Estado- surge la cuestión de dar respuesta a los nuevos escenarios desde el reconocimiento de la orfandad y de la necesidad de hacerlo de manera horizontal y democrática desde las bases. Allí es donde se convierte en responsabilidad de cada unx, aún cuando las condiciones sean tan adversas como en el presente.
La búsqueda de la unidad -siempre pensando en el conjunto de los sectores del campo nacional, más allá de su opción electoral- nos impulsó a identificar el rol del principal “sujeto” social con potencialidad política (es debatible, pero el comportamiento político de partidos y agrupaciones hoy está en crisis -ejemplo actitud de senadores-), el movimiento de mujeres, hasta hace poco avanzada de muchas conquistas, no termina de definir su actitud frente al discurso libertario que ataca por todos los frentes. La clase trabajadora, que poco fue tenida en cuenta (no como plantean muchos, por lugares en las listas) en su identificación con lo nacional, tan inescindible que Evita lo remarcaba con rabia y convicción, nos demostró en lo que va del 2024 que puede resistir y pasar a la ofensiva como en el paro del 23 de enero, en su adhesión a la marcha del 24 de marzo, y en su presencia en la Marcha Federal Educativa, y más aún entre este 1 de mayo y la huelga del 9.
Habrán notado que no compartimos en el grupo declaraciones ni entrevistas dirigenciales, que no andamos a la pesca de la respuesta novedosa al saqueo mileísta, es sobre todo porque nos preocupa más pasar por alto las verdades disimuladas en nuestra comunidad, sin ir mas lejos a aquellos y aquellas que ni les va ni les vienen los panelistas televisivos, por eso trabajamos por un “Encuentro provincial el 24 de mayo” en el que con la mayor amplitud y a partir del documento de la CGT se debata la continuidad de la larga marcha por la liberación.
Un detalle: así como vemos que gran parte de la sociedad mira de lejos este devenir, preocupa la forma en que nuestro interior asimile este nivel de enfrentamiento al que nos lleva el experimento social de la derecha avalado por el FMI. Resulta muy doloroso comprobar la escasa orientación que intenta la supuesta dirigencia que supimos conseguir.
La pregunta sigue flotando después de ayer ¿qué rol nos asignamos como espacio y como militantes?.
Imagen drone Chapu Toba