Escribe Raúl Bittel, secretario general del PJ Chaco – El viernes Leandro Zdero hizo su primer stand up como gobernador ante la Legislatura provincial. Con esa investidura ya fue más al parlamento que durante sus últimos meses como diputado. Punto a favor.
Como era de esperarse, apuntó todos los cañones a la “pesada herencia” de la gestión anterior. Entre las primeras obras de su gobierno “de territorio y no de escritorio” apenas mencionó la recuperación de dos meteoritos, el “descubrimiento” de camisolines descartables (en un depósito de salud) y el empoderamiento policial en un área clave: “¡La escuela de policía está en manos de policías, y la conducen quienes tienen olor a comisaría!”, merituó. En tanto, se jactó de eliminar Agencia FOCO y de impulsar, tras la caótica intervención de Clelia Ávila y un puñado de abogados contratados ad hoc, la aniquilación del IAFEP.
No dijo nada del ajuste del gobierno nnacional que él mismo llevó al poder como aliado en nuestra provincia. No habló del aumento de luz que pasara de 10 mil a 50 mil pesos, y de 50 mil a 90 mil pesos próximamente; y de pasajes de colectivos que está al caer de 85 pesos a 650 o 1000 pesos, y eludió cualquier mención a los cientos de despidos de trabajadores que impulsó para reemplazarlos por cientos de militantes radicales. Como en el caso de Ecom Chaco, donde el gremio UTICH denunció la política persecutoria del Ing. Verga, su presidente, sumariando, despidiendo, forzando renuncias, traslados, eliminando ítems salariales, en apenas 70 días echó a 40 trabajadores y “renunció” a media docena. Un ejemplo que se traslada a cada ministerio.
Zdero tampoco explicó porquéé se triplicó el sueldo junto a sus ministros y funcionarios ni por qué llenó de ñoquis los organismos del Estado, pero se enojó con quienes “tenían la lengua atada” y ahora lo consultan por las decisiones que toma. En un curioso ejercicio tautológico, nos llamó “agoreros del fracaso”. Y en un aún más curioso ejercicio argumental, afirmó: “La austeridad ya viene siendo un sello propio de esta gestión. En tiempos de tantas restricciones, ser prudentes en el uso de los recursos no es una opción, sino un deber moral ineludible”. Notable austeridad la de triplicarse el sueldo. Como dijo su aliado Javier Milei: “Okey”.
Zdero también dijo que eliminó la intermediación de los dirigentes sociales en el reparto de la ayuda social, pero no aclaró que lo que eliminó, en rigor, fue la ayuda social propiamente dicha al cortar programas que remitían pequeñas ayudas económicas mensuales directamente a los beneficiarios en cajas de ahorro del NBCH.
Respecto a los ñoquis, el caso del InSSSeP es quizás el que más indigna porque son millones de pesos por mes para mantener dirigentes caídos en desgracia como Alicia Terada, mientras dejan sin medicamentos a miles de chaqueños y chaqueñas que religiosamente pagan por esos insumos en sus recibos de sueldo.
El Estado nunca se había desentendido así de los ciudadanos. La culpa, por supuesto, es del gobierno anterior. Como lo es la emergencia sanitaria por el dengue, a pesar de que quienes no lo combaten son las autoridades actuales, que no fumigan y ni siquiera se toman el trabajo de publicar los reportes de contagios.
Y no es sólo el dengue. Son moneda corriente casos como el de la madre que tuvo que organizar campañas solidarias para que su hijo internado en terapia intensiva reciba nutrientes por sonda porque el Perrando ya no los compra. O el abogado dispuesto a arrojarse del noveno piso de Casa de Gobierno porque Zdero le cortó los medicamentos para tratar el cáncer de riñón que lo está consumiendo. O la mamá de Villa Ángela, desesperada porque dejaron sin medicación a su hijo con parálisis cerebral y se niegan a costear la estadía completa para que lo operen en el Garrahan.
Hablamos de pacientes que recibieron regularmente la medicación hasta que asumió el nuevo gobierno: ese día se la cortaron. Uno de ellos ha conseguido un amparo judicial para que se reactive el suministro; la otra lo está gestionando. Si el InSSSeP no cumple tiene que pagar altísimas multas diarias. Aún así, el organismo prefiere pagar astreintes en lugar de acatar la orden judicial.
Pero la culpa de las decisiones actuales es del gobierno anterior. Las cifras que tiró el mandatario ante los diputados para explicar esta falta de respuesta apuntan a la supuesta decisión del exgobernador Jorge Capitanich de suspender el pago a los proveedores. Lo que no dijo es que fue él quien le solicitó a su predecesor, luego de ganar las elecciones que dejara de pagar de cara a una “transición ordenada”. Tampoco mencionó que fue él quien unilateralmente decidió suspender la transición entre ambas gestiones y no apareció nunca más.
Zdero no explicó por qué decidió disciplinar a los municipios peronistas reteniéndoles la coparticipación mientras envía por decreto decenas de millones de pesos de Aportes No Reintegrables a los intendentes de su partido ($35.000.000 a Las Breñas; $25.000.000 a Quitilipi; $40.000.000 a Sáenz Peña, por nombrar algunos).
No explicó el empoderamiento de funcionarios del Poder Judicial y abogados del foro, que de la noche a la mañana dejaron en banda el “caso Cecilia” -impostergable, quijotesco hasta hace tres meses- para tomar por asalto la caja del Estado.
Nada dijo del comportamiento cuanto menos sospechoso de esos funcionarios en lo que parece configurar un plan sistemático de armado de causas judiciales que resulta cómico por lo grotesco, que salió a la luz no por investigaciones periodísticas sino por la descomunal torpeza de sus actores, que han filtrado en grupos de Whatsapp chats que los comprometen.
También alarma la falta de precisiones sobre el futuro inmediato: Zdero no dijo nada sobre el agujero fiscal provocado por el adelanto de coparticipación de $33 mil millones solicitado en enero a Nación para pagar la deuda en dólares contraída durante el macrismo (con su voto aprobatorio en la legislatura). De hecho, lo pateó para adelante al pedir otro adelanto de $30 mil millones para cubrir el agujero de febrero, sin saber cómo le van a cerrar las cuentas en marzo, o asumiendo que en marzo y en abril y en mayo tendrá que seguir poniéndose de rodillas, adelanto tras adelanto, en un contexto de caída atroz de la recaudación de impuestos por recesión.
Lo que sí sabemos es que nada bueno saldrá de paritarias en las que se invita a trabajadores pobres a ganar cada mes menos que el mes anterior en términos reales, y así hasta que se produzca “el rebote” o mueran de hambre, lo que ocurra primero.
Lo que sí sabemos es que miles de trabajadores de la construcción ya perdieron sus empleos, y la proyección de esa caída dice que seguirá cayendo superando los 30 mil desempleos en ese sector en pocos meses.
Párrafo aparte merece el Operativo Venganza que viene ejecutando Zdero desde el 9 de diciembre. Una persecución que tiene como aliados y cómplices a algunos medios provinciales dispuestos a publicar lo que sea con tal de no quedar afuera de la pauta oficial que todavía no se empezó a distribuir.
Lo que sí cabe advertir es que, como todo perverso, Zdero les propone a los medios locales la misma encerrona que el gobierno nacional le impone a él: arrodillarse.
El problema es que si se arrodillan no sólo no van a recibir la cantidad que esperaban, sino que van a ser gradualmente abandonados por sus lectores, oyentes, televidentes, que empezarán a sospechar que diez piqueteros que supuestamente recibieron planes en 2023 no pueden ser responsables, meses y meses más tarde, de la incapacidad de gobernar de quien se dice el Zorro.
Cuando esos medios dejen de tener poder de presión para negociar sus montos de pauta porque ya nadie les crea, nadie los lea ni los escuche, llegará el golpe de gracia: los eliminarán de la nómina de pagos. Con todo y que Zdero, para que custodien su gestión, acaba de inyectar $1.200 millones en el fideicomiso de pautas publicitarias de la provincia.
Este es el gobierno que propone el gobernador. El “Planeta Zdero” con ojos en la espalda y anteojeras en el rostro. ¿Quién gana y quién pierde en este planeta?.